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Reparar como acto revolucionario


Hoy me gustaría platicarte sobre lo que implica el reparar y los beneficios que esto le suma a nuestro planeta.


Fíjate que en la actualidad estamos inmersos en un sistema de consumo lineal, donde compramos un producto o un objeto, lo utilizamos y después lo desechamos sin más.


Esto, por supuesto, tiene grandes consecuencias para los ecosistemas. Y esas consecuencias no son buenas.


Afortunadamente hay cada vez más personas dándose cuenta de este problema, y una de las tantas soluciones que aplican es la de reparar esos objetos para alargar su vida útil y poco a poco convertir este sistema de consumo lineal en uno circular.


Solo por darte un ejemplo, existe una cosa que se llama Obsolescencia Programada. ¿Qué es esto? Es cuando las empresas diseñan de forma predeterminada, la vida útil que tendrán los objetos y terminado ese tiempo, el objeto en cuestión falla.


Hacen esto con el fin de que compres el mismo objeto o uno similar que lo sustituya, cada cierto tiempo. ¿Por qué? Por el simple hecho de querer generar un loop de ventas a su consumidor.

¿Te parece irresponsable? Más irresponsable si nosotros como consumidores lo permitimos. Y es que debemos recordar que a maypr demanda, mayor producción, o al revés. En cuanto más se frene la demanda, más responsable será la producción.


Y es que a lo mejor te preguntas, y si consumo un celular año con año, cuando actualizo mi plan, ¿qué puede pasar? Pues que atrás de esa actualización anual de tu dispositivo , existe una cadena de producción y venta que tiene gran impacto para el ambiente. Te explico:

  1. Supongamos que tu celular necesita una pila de litio. Para extraer este recurso se necesita la explotación de algún ecosistema por medio de la minería.

  2. Al extraer el litio se debe transportar para su tratamiento y la elaboración de esas pilas. Lo que ocasiona emisiones de gases de efecto invernadero, consumo de agua, contaminación de suelo, contaminación auditiva, etcétera.

  3. Hechas las pilas se agregan al proceso de producción y venta de los celulares. Lo que incluye, otra vez, gastos de recursos (materia primas, luz, gas, agua, etc.), producción del empaque y el embalaje, gastos de distribución y publicidad, entre otras cosas.

  4. Al usar tu celular todo bien, pero cuando presenta una falla, puede ser que, en el mejor de los casos, lo lleves a un centro de reciclaje, donde utilicen las piezas para refacciones o materia prima de otros productos. Pero si lo que haces es desecharlo en la basura, este celular terminará en un vertedero, junto con otros residuos que no fueron separados y la combinación de todos ellos, generará gases tóxicos y lixiviados que contaminan el suelo, los mantos acuíferos y el aire de la zona.



¿Ves a dónde voy? Una solución que puede parar toda esta cadena es reutilizar nuestros objetos lo más que se pueda, y cuando fallen, intentar repararlos para seguir reutilizándolos. Si esto sucediera podríamos ahorrarle al planeta una gran parte de los 50 millones de toneladas de basura tecnológica que se genera en todo el mundo, cada año, según los datos del Programa para el Medio Ambiente de las Naciones Unidas (PNUMA, 2019).


Espero que estos datos te hagan reflexionar e ir cambiando poco a poco tus hábitos de consumo para poder asegurar recursos a las generaciones futuras y poder tomar hoy, acción por el planeta.


Nos leemos a la próxima.


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